Muy guapo y no exento de cierto lirismo nostálgico me ha parecido este trabajo de la fotógrafa japonesa Chino Otsuka, quien ha decido desafiar las leyes que rigen el tiempo y, cual Doctora Who de los píxeles, recrear sus fotografías de niña insertando en ellas su propia imagen bastantes años después.
Como una amiga invisible o un ángel de la guarda, Otsuka aparece ya de mayor junto a la infanta –uy, lo que he dicho– que un día fue, evocando encuentros imposibles que transitan entre lo emotivo y la ciencia ficción.
"El proceso digital se transforma en una herramienta, casi como una máquina del tiempo, que me permite embarcarme en un viaje hacia donde una vez pertenecí, y al mismo tiempo convertirme en turista de mi propia historia".
La técnica, por cierto, muy bien ejecutada. Las imágenes lucen de lo más real. Y a mí, personalmente, me encanta.
Aquí te dejo cuatro muestras más de su talento, pero no dejes de visitar ‘Imagine find me‘, su galería completa: