Censura digital

La tecnología es un arma cargada de futuro… o no. Una aliada de los derechos y libertades, del progreso de la humanidad… o todo lo contrario. Y si quieres un ejemplo evidente del uso perverso que se le puede dar a los grandes avances tecnológicos a los que asistimos en estos días, aquí tienes esta Clean Reader, una app disponible para iOS y Android que, sin rubor alguno y sin objeción por parte de los responsables de las ‘stores’, censura aquellos contenidos de obras literarias que puedan resultar ‘ofensivos’ para el lector.

"Evite que las malas palabras de los libros se muestren en su pantalla con Clean Reader; el único e-reader que le da el poder de ocultar malas palabras en cualquier e-book.
 
Basta con seleccionar entre tres ajustes para determinar cuánto de limpio desea sus libros. Clean Reader explora el libro y evita que las palabras y las frases ofensivas aparezcan en su pantalla. Cada vez que una mala palabra es bloqueada, se mostrará una alternativa menos ofensiva con el mismo significado general".

Y olé.

El planteamiento no sólo resulta despreciable para cualquier amante de la creación -en cualquiera de sus ámbitos- o para cualquier defensor de las libertades creativas, sino que atenta directamente contra uno de los derechos básicos e irrenunciables del autor, como es el de la integridad de su obra, convenientemente recogido en el Convenio de Berna.

Clean Reader app

Una app que haría las delicias de dictadores y fundamentalistas , y que convierten al ciudadano en un remedo de aquellos patéticos y tristes censores, tijera en ristre, que se dedicaban a mutilar todo lo que fuese considerado contrario a la moral y las buenas costumbres en la era franquista.

En fin, que como suelo recomendar aquellas aplicaciones que me gustan y no veo motivos para ‘desrecomendar’ las que me parecen abominables, unido a la indignación que me ha provocado semejante descubrimiento, he querido ofrecerte este post por, si te encuentras con ella, sepas a lo que te atienes.

Me ha resultado igualmente sorprendente verla jaleada en las webs especializadas e incluso medios de comunicación, sin apenas reparo a su propuesta -con alguna excepción– y, como digo, permitida en las principales ‘stores’, tan escrupulosas para según qué otras cosas.

Y ya sabes, si es todo el libro en su conjunto el que te resulta insoportablemente ofensivo, siempre puedes pedir la cabeza del autor o tirar tu gadget al fuego. En breve, seguro que también habrá una aplicación para la hoguera virtual.

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Manuel M. Almeida (Las Palmas de Gran Canaria, 1962) es periodista y escritor. Ha publicado las novelas ‘Tres en raya’ (1998, Alba Editorial) —finalista del Premio Internacional Alba/Editorial Prensa Canaria, 1997—, ‘Evanescencia’ (Mercurio Editorial, 2017) y 'El Manifiesto Ñ' (Editorial Siete Islas, 2018), así como las colecciones de relatos ‘El líder de las alcantarillas’ (Amazon, 2016) y ‘Cuentos mínimos’ (Mercurio Editorial, 2017), además de poesía y narrativa recogida en su blog mmeida.com, redes sociales, revistas y periódicos. De 2004 a 2014 mantuvo el blog mangaverdes.es, con el que cosechó seis premios internacionales, entre ellos al Mejor Comunicador en Internet (Asociación de Usuarios de Internet, 2010). Como periodista ha trabajado, entre otros medios, en Cadena 100, ‘La Gaceta de Las Palmas’, ‘La Provincia’, revista ‘Anarda’, ‘La Tribuna de Canarias’, ‘El Mundo/La Gaceta de Canarias’ o ‘Canarias7’, ejerciendo en los tres últimos el puesto de subdirector. Ha publicado dos trabajos discográficos como cantautor, ‘Nueva semilla’ (Diva Records, 1990) y ‘En movimiento’ (Chistera, 1992). Actualmente dirige DRAGARIA. Revista canaria de literatura.

2 Comentarios

  1. Buenas tardes.
    Me gusta muchísimo leer y me disgustan en igual medida las groserías. Creo que tengo tanto derecho a ello como otras personas lo tienen a expresarse como mejor les parezca (y no quiero quitárselos). El que yo pueda leer sin tener que soportar las majaderías de alguien me parece una gran ventaja, honestamente no lo pensé como algo restrictivo para el autor, sino como algo liberador para mí como lectora.
    Quizá consideres que con esta manera de pensar «me perderé» de mucho en una obra literaria. Posiblemente tengas razón, aún así considero que iguales derechos tenemos los que no nos sentimos a gusto con las palabras malsonantes como los tienen quienes las usan. ¿No te parece?

  2. Hola, MoniqueL. Por supuesto, tienes todo el derecho del mundo a no leer lo que tú consideras groserías. Para ello basta con no leer las obras que las contengan. A lo que no tienes derecho, ni tú ni yo ni nadie es a mutilar obras ajenas, sean éstas libros, cuadros o fotografías. Es algo que, como digo en el post, atenta directamente contra derechos fundamentales del autor y contra la libertad de expresión. Una obra literaria, o de arte en general, es un todo completo que no puede entenderse sin cada una de sus partes, y nadie puede arrogarse la potestad de censurar lo que personalmente considere ‘grosero’.

    Un saludo.

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