MadridVO

El Ayuntamiento de Madrid que preside Manuela Carmena ha decidido poner en marcha una página web que, bajo el título de Versión Original (MadridVO), tiene como objetivo “ofrecer directamente a la ciudadanía información contrastada sobre la actividad municipal”, publicando “rectificaciones y matizaciones sobre noticias aparecidas en medios de comunicación”, según reza en la sección ‘¿Qué es MadridVO?’ de la propia web, en la que también se indica que se trata de un espacio “a disposición de todos los grupos municipales” y abierto a “la aportación ciudadana”.

Estamos, pues, ante una iniciativa institucional de comunicación social a través de la cual se pretende, o al menos así se publicita, explicar y documentar acciones y decisiones corporativas en respuesta a informaciones publicadas por terceros. Nada diferente a los tradicionales comunicados oficiales o notas de prensa de carácter rectificativo que tan bien conocemos los que trabajamos en medios de comunicación. Salvo un detalle, que en lugar de remitirse directa y exclusivamente al medio en cuestión, a una selección de medios o a todos ellos, se ‘cuelga’ en una página web, haciendo uso de las posibilidades que ofrece Internet para la difusión de información sin necesidad de intermediarios.

Sin embargo, me ha llamado poderosamente la atención la desproporcionada reacción de ciertos sectores que tildan este proyecto de “ocurrencia”, de “censura” y de “ataque a la libertad de expresión”, sectores entre los que no se encuentran solamente representantes de la derecha política, para quienes arremeter contra cualquier iniciativa de este emblemático consistorio gobernado hoy por la izquierda es casi un hobby, sino incluso organizaciones supuestamente progresistas como UGT o el mismo PSOE… y sí, algunas asociaciones de la prensa como la APM, la Fape o Aede.

Sobre los primeros, los políticos, no voy a detenerme por hastío. Pero lo del gremio periodístico o, para ser rigurosos, lo de aquellos que dicen hablar en nombre del periodismo sí merece unas líneas porque, definitivamente, no han entendido o no quieren entender nada.

¿Cómo se puede en nombre de la libertad de expresión criticar una iniciativa de comunicación social? ¿Cómo se puede llamar ‘censura’ a un ejercicio de transparencia y de información directa? ¿Es que acaso alguien ha pedido el control o el cierre de los medios de comunicación? ¿Evita Versión Original que los periódicos, radios y televisiones continúen haciendo su trabajo o incluso que critiquen el trabajo que se haga en Versión Original? ¿O que rebatan lo que allí se publique si se tienen datos?

Creo, sencillamente, que esto no tiene un pase y que los propios denunciantes lo saben muy bien porque, tras esa grandilocuencia que ya quisiéramos en asuntos como el Canon Aede o la Ley Mordaza, lo que hay es un auténtico temor a perder el monopolio de la información. Con un pequeño matiz… ese monopolio hace tiempo que lo han perdido, y lo peor es que ni siquiera se han dado cuenta.

Es lo que tiene la información en red, el modelo de distribución social de comunicación que caracteriza esta era, la ‘networked information economy’ de la que habla Yochai Benkler. Un modelo en el que los medios de comunicación no son ya ni el centro ni la referencia ni ejercen el control del proceso comunicativo. Son un agente más en un entorno horizontal interconectado en el que el individuo, pero también las organizaciones –como es el caso–, se comunican entre sí gracias a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías.

Del mismo modo que un tuit puede acabar en la portada de un diario o un vídeo de YouTube en un informativo de televisión, la noticia publicada por un medio puede ser respondida desde una página web y no, como en la era glacial, haciendo uso del maltratado ’derecho de rectificación’, ejecutado por cierto a discreción del medio en cuestión. Esto, simplemente, se está acabando.

Pero es que, además, la información no ha sido jamás un derecho exclusivo del periodista. Estoy cansado de recordar la letra del artículo 20 de nuestra Constitución:

1. Se reconocen y protegen los derechos [a todos los ciudadanos españoles]:
 
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
 
(…)
 
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión (…)
 
2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa».

Por otro lado, no estamos ante ninguna “ocurrencia” o iniciativa en exceso novedosa. Polémicas como ésta ya las reflejaba allá por 2009 en Mangas Verdes a cuenta del ‘caso Petrobras’. Y mira si ha llovido desde entonces que los desmentidos y respuestas en webs personales, corporativas, blogs, Twitter o Facebook son hoy ya algo habitual, en prácticamente todos los ámbitos, incluidos por cierto el periodístico, el institucional y el político. Y, si no, que se lo pregunten a De Cospedal:

Tuit de De Cospedal

Por tanto, un poco menos de cinismo y algo más de mesura y rigor. Por mi parte, doy la bienvenida a este nuevo portal y espero que cunda el ejemplo. Los periodistas seguiremos intentando hacer nuestra labor, no contra los nuevos modelos comunicativos, sino totalmente imbuidos de ellos.

Un pero, la ausencia de comentarios. Y casi otro, igual Versión Oficial hubiese resultado algo menos polémico.

[alert title=»Actualización (16 julio – 13.13 h):»]Vía @jslindquist y @IdafeMartin veo que la misma Unión Europea mantiene un blog de características similares a MadridVO, y también tuvo una página del mismo tipo hasta octubre del pasado año. ¿Alguien ha puesto el grito en cielo? Ni en la tierra, que yo sepa.[/alert]

[alert title=»Actualización (17 julio – 05.44 h):»]@LuisArroyoM aporta en un buen artículo en Infolibre información acerca de organizaciones e instituciones que mantienen o han mantenido webs del estilo de MadridVO: el equipo electoral de Obama, el Ministerio de Igualdad del PSOE y UGT. Estas dos últimas formaciones, por cierto, son de las que han criticado y reclamado el cierre de la página del Ayuntamiento de Madrid.[/alert]

Manuel M. Almeida (Las Palmas de Gran Canaria, 1962) es periodista y escritor. Ha publicado las novelas ‘Tres en raya’ (1998, Alba Editorial) —finalista del Premio Internacional Alba/Editorial Prensa Canaria, 1997—, ‘Evanescencia’ (Mercurio Editorial, 2017) y 'El Manifiesto Ñ' (Editorial Siete Islas, 2018), así como las colecciones de relatos ‘El líder de las alcantarillas’ (Amazon, 2016) y ‘Cuentos mínimos’ (Mercurio Editorial, 2017), además de poesía y narrativa recogida en su blog mmeida.com, redes sociales, revistas y periódicos. De 2004 a 2014 mantuvo el blog mangaverdes.es, con el que cosechó seis premios internacionales, entre ellos al Mejor Comunicador en Internet (Asociación de Usuarios de Internet, 2010). Como periodista ha trabajado, entre otros medios, en Cadena 100, ‘La Gaceta de Las Palmas’, ‘La Provincia’, revista ‘Anarda’, ‘La Tribuna de Canarias’, ‘El Mundo/La Gaceta de Canarias’ o ‘Canarias7’, ejerciendo en los tres últimos el puesto de subdirector. Ha publicado dos trabajos discográficos como cantautor, ‘Nueva semilla’ (Diva Records, 1990) y ‘En movimiento’ (Chistera, 1992). Actualmente dirige DRAGARIA. Revista canaria de literatura.

2 Comentarios

  1. O a los representantes de partidos, sindicatos y periodicos mencionados les falta alguna neurona o entiendo que hay una intención obvia por jugar al desprestigio y hacer daño, a ver si hay suerte y tu público solo lee tu opinión sin hacerse una propia. Solo así entiendo las reacciones que ha provocado la página del ayuntamiento de Madrid.

  2. Eso es lo que deberian de hacer todos los ayuntamientos para mantener permanentemente informados a todos sus habitantes, en el mio ( Ayuntamiento de El Rosario-Tenerife ) desde que empezo a gobernar la nueva corporación municipal han puesto en funcionamiento una pagina web municipal en la que se informa dia a dia de todo lo relacionado con el municipio hecho que ha sido aplaudido por practicamente todos los ciudadanos del mismo. Enhorabuena para el nuevo alcalde D. Escolastico Gil y su corporacion. Adelante y sigan en esa línea.

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