Tenía pensado dejar el blog tranquilo un par de días, pero me veo obligado a interrumpir la desconexión para sumarme a la marea de bits y voces que dan su despedida, en estas horas, en todo el planeta, a la figura de ‘Gabo’, Gabriel García Márquez.
No sé qué puedo decir que no se encoja ante lo inmenso de su obra y su personalidad, de su maestría y su compromiso. Qué puedo glosar que no lo hayan hecho cientos de plumas y mentes más documentadas o inspiradas que la mía en estos momentos. Tan solo, quizá, acudir a mi experiencia personal y testimoniar que Gabo supo devolverme la fe en la literatura y su papel histórico en un momento puntual de franca desafección.
Eso, y mi redundante reconocimiento y admiración. Y sí, claro, una entre mil citas:
"El deber revolucionario de un escritor es escribir bien".
Descanse en esa misma paz –nunca indolencia– que dimana de todo lo que nos deja.
Por fortuna, este coronel de las letras sí tiene quien le escriba.
Un gran escritor que nos dejó grandes obras.