Crowdfunding

"Un escritor no genera un único libro o artículo. Un músico no publica sólo un álbum. Un podcaster no graba sólo durante un año […]. El crowdfunding ha funcionado bien para recaudar fondos en general, pero lo que funciona para los gadgets y los juegos no funciona igual para el contenido […]. El problema es que esto no puede sacarse adelante más de una vez, si acaso. Tras el primer crowdfunding, resultará mucho más complicado lograrlo de nuevo 6 meses después".

Me he detenido estos días en la visión de Len Kendall acerca del uso del crowdfunding en el sector de los contenidos. En un artículo publicado en Medium, el creador de CentUp expresa sus dudas acerca de la validez de esta fórmula de financiación para sectores de producción relacionados con las ideas y con la producción continuada de obras: libros, música, podcasts, ilustración e incluso, añado yo, proyectos de carácter periodístico. En definitiva, las áreas relacionadas con la expresión artística, creativa e intelectual. De hecho, el propio Kendall se refiere en varias ocasiones en su post a la experiencia de Kickstarter:

"Un sitio web de financiación en masa para proyectos creativos. Kickstarter ha financiado una amplia gama de esfuerzos, que van desde películas independientes, música y cómics a periodismo, videojuegos y proyectos relacionados con la comida".

En opinión de Kendall, recurrir al crowdfunding para proyectos de estas características viene a ser como «podar un árbol con un hacha», ya que existe una clara diferencia, por un lado, entre el coste de producción de un objeto ‘físico’ y las copias de una obra intelectual; y por otro lado, también entre los plazos que se manejan en uno y otro caso.

Como alternativa, este emprendedor propone fórmulas relacionadas con la creación de comunidades que garanticen la pervivencia del proyecto a largo plazo sin la dependencia que supone intentar captar fondos para cada producto generado. En este sentido, propone modelos ‘freemium’ o cualquier otra opción que permita mantener una relación sólida, fluida y estable con sus seguidores: contenidos exclusivos, regalos físicos, entornos libres de publicidad, premiar a los suscriptores dándole protagonismo en la web o en los proyectos, organizar encuentros en persona…

Un ejemplo claro de lo que se expone podría ser el lanzamiento de un nuevo medio digital. ¿Crowdfunding o comunidad? Lo ideal, desde luego, podría ser una combinación de ambas, pero ¿qué fórmula garantizaría o presentaría mayores expectativas para la continuidad? El crowdfunding, ciertamente, podría lograr que el proyecto alcanzase la financiación suficiente para ponerse en marcha, ¿pero luego qué? ¿Cómo se mantendría? ¿Publicidad, ‘paywall’, sucesivas campañas de crowdfunding para salvar las crisis…?

En España tenemos la experiencia de eldiario.es, un digital que ha logrado entrar en beneficios con apenas dos años de existencia merced a un interesante cóctel de fórmulas, entre las que se encuentran un sistema cercano al cooperativismo, inversiones de terceros, publicidad y sistema ‘freemium’ a través de suscripciones que convierten al lector en socio. Un modelo que reúne muchas de las características propuestas por Kendall y en la que también se hayan presentes los regalos, promociones, los encuentros personales y la transparencia de la gestión editorial y económica.

En otros campos, como por ejemplo la literatura, se me presentan más dudas. El dilatado espacio de tiempo que suele separar por regla general la edición de una novela de otra, sí me parece más susceptible de micromecenazgo y algo menos de comunidad estable. Y, de hecho, existen numerosas experiencias de éxito al respecto. Igual me ocurre con la poesía o con la música, la fotografía o la ilustración, si éstas funcionan en base a trabajos extensos y no a piezas sueltas –pero sí si hablamos de una producción continuada–; no así con blogs y podcasts que, en este sentido, me parecen una extensión del sector periodístico.

En cualquier caso, una cuestión relevante y digna de estudio a la hora de emprender o reconducir un proyecto basado en contenidos. ¿Tienes alguna experiencia en este sentido? ¿Cuál te parece la mejor opción?

Manuel M. Almeida (Las Palmas de Gran Canaria, 1962) es periodista y escritor. Ha publicado las novelas ‘Tres en raya’ (1998, Alba Editorial) —finalista del Premio Internacional Alba/Editorial Prensa Canaria, 1997—, ‘Evanescencia’ (Mercurio Editorial, 2017) y 'El Manifiesto Ñ' (Editorial Siete Islas, 2018), así como las colecciones de relatos ‘El líder de las alcantarillas’ (Amazon, 2016) y ‘Cuentos mínimos’ (Mercurio Editorial, 2017), además de poesía y narrativa recogida en su blog mmeida.com, redes sociales, revistas y periódicos. De 2004 a 2014 mantuvo el blog mangaverdes.es, con el que cosechó seis premios internacionales, entre ellos al Mejor Comunicador en Internet (Asociación de Usuarios de Internet, 2010). Como periodista ha trabajado, entre otros medios, en Cadena 100, ‘La Gaceta de Las Palmas’, ‘La Provincia’, revista ‘Anarda’, ‘La Tribuna de Canarias’, ‘El Mundo/La Gaceta de Canarias’ o ‘Canarias7’, ejerciendo en los tres últimos el puesto de subdirector. Ha publicado dos trabajos discográficos como cantautor, ‘Nueva semilla’ (Diva Records, 1990) y ‘En movimiento’ (Chistera, 1992). Actualmente dirige DRAGARIA. Revista canaria de literatura.